La
carbonera (Del poemario: Sangre de
Roble)
-La Tribu-
Tus recuerdos están escritoscon
la historia oscura de la hulla:
mientras
hablas, con gesto de muchacha
te
arreglas el pañuelo que cubre tu cabeza,
y
con dulzura fatigada, entrecruzas
sobre
la falda las pequeñas manos trabajadas.
Entonces
eras joven, pero la guerra
había
galopado por tu casa, y la paz,
amamantada
de miedo y de silencio,
cercada
por el hambre y la miseria,
era
un pájaro herido y tembloroso
con
las alas quebradas. Entonces,
sin
quererlo, cruzaste el territorio
de
los hombres, saltaste su barrera
y
en madrugadas de cuchillos de hielo,
tu
cosecha de frutos minerales
robados
a la tierra, se hizo lucha
vestida
de rabia y de esperanza. Entonces,
sin
quererlo, mientras parías hijos
y
sostenías los muros de tu casa,
juraste
no rendirte, plantarte
contra
el viento con la cabeza alzada,
enfrentarte
a los días de tormenta,
perenne
y recia como un roble.
Me
miras con ojos de azabache, carbonera,
y
en un instante los recuerdos
enturbian
tu mirada, acunan el temblor
entre
tus manos, ahogan la palabra
en
tu garganta, ¡parecen tan lejanos
los
días cercados por el sudor y por las lágrimas!...
Pero
de nuevo cruzas firmes las manos,
enfocas
la mirada, acunas en tus labios las palabras,
elevas
tu estatura como un árbol de profundas raíces,
de poderosas ramas. Carbonera, serás ya para siempre,
emblema de mujeres, ejemplo vivo de una casta.
Maite Zapico, profesora del Dep. de Geografía e Historia.